A 11 años el “vive” se aprecia como un sólido proyecto
La expresión total de la juventud
La expresión total de la juventud
El público mexicano está marcado desde hace casi 11 años por el Festival Iberoamericano de Cultura Musical, mejor conocido como Vive Latino.
Por: Cristian Ortiz Carreón.
Los ánimos de la juventud mexicana se exaltan al máximo cuando el vive latino está en la Ciudad. Basta el acorde de una guitarra, el choque de unas baquetas o nombrar a una de las bandas asistentes para que el público a ritmo de la música haga vibrar el inmueble ubicado en Ciudad Deportiva.
Durante todas sus ediciones se ha podido observar a bandas de trascendencia internacional como Café Tacuba, Los Auténticos Decadentes, Los Fabulosos Cadillacs, Panteón Rococó, Ska-P, entre otros y a solistas monstruos del escenario como Ely Guerra, Miguel Ríos, Enrique Bumbury, José Fors, por nombrar algunos.
En los tradicionales escenarios verde, azul y rojo se han visto presentaciones increíbles, que llevan casi hasta la locura; un ejemplo claro de esto son la cantidad de veces en las que uno puede observar a las jovencitas mostrando sin pudor alguno sus senos ante la multitud, que gustosa, la vitorea y les anima a realizarlo en más de una ocasión.
HISTORIA
En la actualidad este festival es un clásico de los espectáculos presentados año con año por la empresa OCESA, pero a lo largo de su historia, ha presentado una serie de cambios sustanciales en la estructura, no así en el ánimo de los espectadores.
El inicio del sueño se dio en 1998, cuando, en palabras de los mismos organizadores, “se tenía la idea de reunir a varios grupos de rock en español que por sí mismos no tenían suficiente convocatoria, pero que juntos podrían conformar un cartel atractivo”, naturalmente el cartel de ese primer año incluía además a bandas y personajes consolidados dentro del ámbito musical.
Un total de 27 bandas durante dos días dieron vida al primer Vive Latino, consiguiendo un éxito total; en ese momento en Foro Sol, que ha albergado al festival en todas sus ediciones, se convirtió en el mayor recinto del rock en México y Latinoamérica.
Cabe aclarar que no fueron pasando una a una las agrupaciones en un escenario, ya que desde un inicio se contempló tener tres; dando así al publico la oportunidad de elegir dentro de la diversidad de exponentes musicales el que fuese de su preferencia; además de permitir al público un mayor acercamiento con sus artistas favoritos, al no concentrar a todos los asistentes en un solo lugar.
La música era la parte más importante, mas no la única, pues también se presentó ese primer año, una exhibición de patinetas y una extensión del ya famoso tianguis del chopo, mismo que ha acompañado en todas sus ediciones al vive; no así el espectáculo de skateboarding que fue esa, la única vez que se vio.
Extrañamente y pese a haber obtenido un rotundo éxito en la primera edición, en 1999 no se llevó acabo el festival presumiblemente porque los organizadores querían hacer una pausa para analizar el formato del mismo; pero la presión de las bandas los medios y el mismo publico llevó a la empresa a llevarlo acabo nuevamente en el año 2000.
En esta edición los complementos a la música fueron una muestra gastronómica, fotográfica, pintura y escultura; además de incluir entre las filas de agrupaciones musicales a bandas anglosajonas como Tito & Tarántula y Fishbone.
Para el 2001, el público se encontró con dos sorpresas, La primera era la incorporación a los coloridos escenarios de uno extra, solo que éste estaría dedicado exclusivamente de música electrónica pretendiendo así atraer un publico nuevo; la otra sorpresa esta no tan agradable es que solo sería un día de espectáculo a diferencia de las ediciones anteriores.
Para el 2002 nuevamente OCESA decide hacer un pasusa en el camino privando a la juventud mexicana ansiosa de música, show y cultura; además de dejar a la especulación los motivos de la postergación del festival.
En el año 2003 se reanuda el espectáculo repitiendo el formato de la edición pasada del escenario extra y con la duración de un solo día; durante el evento se presentaron 32 exponentes musicales.
Ya para el 2004, el festival estaba consolidado con su quinta edición; dicho año desaparece el escenario de música electrónica y pese a mantener una gran cantidad de bandas y solistas (32 ese año) se mantiene la realización de un solo día.
La sexta edición del vive se da al año siguiente, siendo esta, la última vez que se realiza en un solo día. Presentaba 39 bandas y el proyecto crecía constantemente ya que la cantidad de espectadores año con años seguía en aumento.
En el 2006, el regreso triunfal al formato original de dos días arrojó a los organizadores y a los mismos exponentes la agradable sorpresa que el majestuoso Foro Sol había alcanzado su mayor capacidad (de 125 mil asistentes).
Para el siguiente año, la respuesta del público fue contundente: nuevamente llenó el ahora recinto indiscutible del rock hasta su máxima capacidad; pero el 2007 resultó especial pues la mayor muestra de éxito del festival se da cuando en Chile la compañía CIE Chile parte de CIE México quienes son dueños de OCESA, se aventura a realizar el Vive Latino en aquel país sudamericano.
Esta copia del festival se había intentado realizar en varias ocasiones, pero fue hasta dicho año cuando por fin se logra llevar a cabo en el Club Hípico, ubicado en Santiago de Chile; este resultó todo un éxito presentando a 55 bandas durante 12 horas contando además con más de 50 mil asistentes.
El 2008 resultó -para el público roquero latinoamericano- contrastante, ya que cuando en México se mantenía el éxito total con una gran cantidad de bandas, presentaciones culturales y repitiendo el lleno total, en Chile se cancelaba la segunda edición supuestamente por falta de patrocinadores.
FUTURO
En este 2009 se vislumbró un gran cartel para el Vive Latino México, mismo que prácticamente aseguró el lleno total ya que cuenta con grandes exponentes del rock en español como los Fabulosos Cadillacs, Molotov, La Gusana Ciega entre otros; no así en Chile donde no se sabe si exista la posibilidad de llevarse a cabo o simplemente fue un acto esporádico.
Hablando del cartel que presenta el festival, año tras año el público espera ansioso que éste se publique; “todo depende de las bandas” o al menos eso pronuncia OCESA, pues según ellos el cartel se va armando a través de invitaciones, dejando a la disposición de fechas y contratos de las bandas la participación de éstas en el vive.
Otro punto a considerar, es que cada edición del festival arroja -además de la música- una interesante expresión artística a través de sus pintorescos carteles, mismos que han hecho del logo del vive (dos manos formando las letras “V L” un ícono entre la juventud mexicana.
La última y no por eso menos importante muestra de que el festival es parte de la cultura juvenil mexicana es que, a raíz de la consolidación del vive, han surgido varios festivales con un formato similar, entre estos encontramos “Música para los dioses”, “Rock chavitos” y “Rock en EXA”, entre otros.
La contraparte del festival cultural es el uso de sustancias prohibidas como la marihuana, la cocaína, los solventes (etc), donde pese a toda la seguridad que OCESA establece tanto en el exterior como al interior del inmueble; inmersos en la multitud se puede percibir los estragos de estos estupefacientes.
De igual forma el exceso de adrenalina y consumo de las drogas lleva a los asistentes a la violencia. Justificados en el “slam” los espectadores (en su mayoría hombres), se golpean sin mayor reparo provocando que los servicios médicos sean un lugar muy socorrido.
Un inconveniente que genera mucho trabajo para los paramédicos es la insolación, ya que la al ser un inmueble que carece de techo, los asistentes sufren el inevitable calor de los rayos del Sol de primavera que aunado con la cantidad de gente concentrada, lleva a muchos, a sufrir desmayos.
Pese a ser todo un éxito entre los roqueros veinteañeros, afrontar la experiencia del vive es todo un reto, pues además del calor, los asistentes deben soportar empujones, manoseos, hambre, sed y para quienes no las consumen, también tendrán que soportar el penetrante olor de las drogas consumidas por una gran cantidad de personas. No obstante para aquellos que logran sortear estos inconvenientes el festival es una experiencia que marca la vida ya que permite liberarse de todas las preocupaciones y disfrutar de la inmensidad y generosidad de la cultura.
A HUEVO EL VIVE ES EL VIVE, PERO POR QUE HAY MUCHOS QUE NO LES PARECE Y SALEN CON SU TIPICO "ES QUE YA NO ES EL MISMO DE ANTES" O "VA A ESTAR TAL BANDA QUE CHAFA" , PARECE SER QUE AQUI EN MEXICO NO LES GUSTAN LOS CAMBIOS Y TAMPOCO LO COOL JAJAJA EL VIVE NO ES MAS QUE UNA MEZCLA Y SI NO HUEBIESE ESA MEZCLA TODO SEGUIRIA CON EL MISMO SABOR, RESPETO OPINIONES DE QUE EL VIVE ES UNA ASCO ETC ETC ETC PERO NO RESPETO A LOS QUE TIENEN POCO CRITERIO MUSICAL Y AUN ASI HABLAN COSAS QUE NO DEBERIAN HABLAR JAJAJA SALUDOA A TODA LA BANDERA Y NOS VEMOS EN EL VIVE PARA DISFRUTAR DE LA MUSICA LAS DROGAS Y EL SEXO JAJAJAJA BUENA VIBRA
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